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Mostrando las entradas etiquetadas como Medieval

He aquí que veo a mi padre...

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Se dice que los vikingos no le tenían miedo a la muerte. Meeentira. Los vikingos temían a la muerte, como cualquier hijo de vecino. A lo que no temían, digamos, era al "proceso" de morirse: a que les arrearan un mandoble en toda la jeta, o que les destrozaran la espalda con un hacha arrojadiza. Eso eran gajes del oficio. Sin embargo los problemas empezaban una vez recibido el sartenazo, la fiebre mortal o la simple vejez. Porque para los nórdicos no todo era Valhalla y entrechocar de cuernos: muchos muertos podían volver a la tierra, simplemente porque sus funerales no habían sido correctos o porque las ofrendas habían sido insuficientes. Y como siempre es mejor prevenir que curar, convirtieron su rito funerario en una de las ceremonias más impactantes de la Alta Edad Media ( ese pedazo jefe vikingo navegando entre las llamas de su barco, rumbo hacia la eternidad). Este tipo de ceremonial requería de mucha pasta y por lo tanto era sólo as equible para el jefe, el rico...

La princesa Subh: historia de una vascona en el trono de Al-ándalus

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Hoy os voy a contar la historia de una tía con veinte pares de cojones. El hecho de que lleve muerta desde la Alta Edad Media no le resta ni un ápice de cojonudez: se llamaba Subh um-Walad, nació en el año 912 d.C en tierras norteñas, y antes de adquirir tan sultánico nombre era conocida simplemente como Aurora la vascona. Mi historia (o mejor dicho, la Historia) nos cuenta cómo la chavala consiguió sentarse en el trono más alto y deslumbrante del siglo X: el trono de Al Ándalus. Cúpulas de Al Hakam II. Mihrab de la Mezquita de Córdoba (961-976 d.C) Cuentan las crónicas que el bueno de Abû al-Mustansir al-Hakam ibn `Abd ar-Rahman, (más conocido como Califa Al-Hakam II ) no era precisamente un tigre en la cama, y que ninguna mujer había sido capaz de darle un heredero varón. Lo cual no supondría mayor problema si no fuera porque Al-Hakam era Califa y Príncipe de los Creyentes desde Córdoba a Damasco… cuando tu herencia consiste en el reino altomedieval más potente, uno no pue...

Cogorzas medievales

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Siempre me he preguntado...¿por qué narices la gente tiende a asociar la Edad Media con un mundo frío, oscuro y eternamente lluvioso? No lo sé: supongo que ha tenido la mala suerte de ir a caer entre dos de los episodios más luminosos de nuestra Historia: la Edad Clásica y el Renacimiento. Si dibujamos una imaginaria línea cronológica, la Edad Media tiene la apariencia de una veta de carbón entre dos bloques de mármol blanco. Otras personas, más inocentes o quizás más creativas, se imaginan el Medievo como  una inmensa partida de rol llena de espadas, armaduras de cuero y lozanas posaderas de pechos generosos. Sin embargo la Edad Media es un período histórico excepcionalmente largo e intenso, durante el cual Europa entera se convulsionó y cambió de forma no una, sino mil veces, en una continua metamorfosis que abarca desde la caída del Imperio Romano hasta el descubrimiento de América. Echad cuentas, así a ojo: el tinglado empieza en el siglo V, y no acaba hasta el ...