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Mostrando entradas de junio, 2010

Lo que sé de las nereidas

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Este escrito sin pretensiones nació, como casi siempre, a la orilla del mar. Me estaba leyendo un diccionario de mitología clásica, y a la vez, hojeaba distraída una revista sobre fauna marina. Algo se debió de fundir irremediablemente en mi cabeza, y surgió “Lo que se de las nereidas”. No vale gran cosa, pero tuvo la virtud de salir del tirón y consiguió entretener a dos críos aburridos que empezaban a dar la murga. Y eso tiene cierto mérito. nereida. (Del lat. Nerēis, -eĭdis, y este del gr. Νηρε ΐς, - ΐδος, hija de Nereo). 1. f . Mit. Cada una de las ninfas que residían en el mar.) Por todos es sabido que el viejo Mediterráneo malcría a sus nereidas. De todas las criaturas que pueblan sus aguas, ellas son las más queridas, las más mimadas, las más consentidas. Ante la presencia de una nereida hasta las corrientes traicioneras se amansan, e incluso las olas cruzadas hacen la voluntad de estas volubles y hermosas hijas del Tirreno, a las que los científicos llaman con ...

Miguel Ángel se quiere suicidar

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A Miguel Ángel Buonarroti, el escultor más celebrado de la Historia del Arte, le putearon durante todos los días de su vida. Quién podría sospechar que detrás del triunfante “David” se escondiera un hombre frustrado, explotado, empobrecido, financieramente estafado por sus comitentes y maltratado por papas y obispos. Miguel Ángel siempre tuvo una personalidad arisca: sufría fuertes arrebatos de ira y era propenso a la depresión. Durante los años de la licenciatura, me gustaba imaginármelo paseando por las calles de Roma, una figura sombría flanqueada a un lado por la luminosa silueta del joven Rafael , y al otro por la inconfundible estampa de científico loco del viejo Da Vinci. Supuse que su vida habría sido dura y poco gratificante… lo que no imaginaba es hasta qué punto lo fue. Hace algunas semanas, preparando una charla sobre el Cinquecentto (arte italiano del sg. XVI, es decir, renacimiento puro y duro), me encontré por casualidad con una carta del propio Miguel Áng...