La ninfa despeinada
Ha llegado al Museo del Prado una pequeña ninfa griega. Es risueña, tremendamente joven, y tiene un aire despreocupado que contrasta con la solemnidad de sus aburridas compañeras de viaje, un ejército de copias romanas. Las esculturas han venido desde Dresde ocultas en grandes cajas de madera, y ahora se reparten algunas de las mejores salas del Museo. A la ninfa me la presentó un desconocido, y me enamoré de ella al instante. Era como un radiante puntito de luz. Bajo su figura, la cartela identificativa era igual de seductora: Figura anónima. Autor anónimo. Original. Grecia . Eso significa que puede ser quien tú quieras que sea: una ninfa, una diosa, una virgen del séquito de Artemisia ... ¿Qué te apetece más? Una musa, una dríada o una ménade danzante. A tu libre elección. Antes de continuar, quiero matizar una cosa que no todo el mundo sabe de la escultura clásica: y es que cuando los dioses griegos murieron, la gran mayoría de sus estatuas desaparecieron con ellos....