La sangre y el bronce
Nota : este texto fue en su día una pseudo-crítica cinematográfica que nos mandaron hacer durante un insufrible master de periodismo.Le cogí cariño al ejercicio, porque básicamente pude escribir lo que me salió de los mismísimos, lo cual es de agradecer después de pasarte semanas cortando y pegando teletipos con imaginación y buen gusto. Era la época en la que 300 estaba en la cresta de la ola, y yo soñaba todas las noches con espartanos musculados, rudos y filogays. Fue una gran época. --> “300 de Frank Miller” narra , con mucha libertad, la Batalla de las Termópilas, que en el año 480 a.C enfrentó a griegos y persas, las dos grandes potencias del mundo antiguo. Pero no pretende ser, ni mucho menos, una película histórica, y no hace falta ser un erudito para darse cuenta. El enfrentamiento maniqueo entre los griegos -que son tan buenos- y los persas – que son tan malos- es puramente estético, grandilocuente y sin pretensiones; sin embargo puede dar lu...